Diagnóstico de cáncer de piel

El cáncer de piel es el tipo de cáncer más común en el mundo. Afecta a millones de personas cada año y, si no se detecta y trata a tiempo, puede ser mortal. Sin embargo, la detección temprana del cáncer de piel es fundamental para su tratamiento exitoso.

¿Cómo se diagnostica el cáncer de piel?

El diagnóstico del cáncer de piel suele implicar los siguientes pasos:

Examen de la piel: El primer paso en el diagnóstico del cáncer de piel es un examen de la piel. El mapeo corporal completo es una técnica no invasiva que se utiliza para detectar el cáncer de piel. Consiste en tomar fotografías de toda la superficie corporal y, a continuación, utilizar un software de inteligencia artificial para analizar las imágenes en busca de anomalías. Estas anomalías pueden ser lunares, pecas u otras lesiones de la piel que podrían ser cancerosas. Una vez identificadas las anomalías, el especialista puede examinarlas más a fondo para determinar si son cancerosas o no.
Biopsia: Si el médico encuentra un área que le preocupa, puede ordenar una biopsia. Una biopsia es un procedimiento en el que se extrae una pequeña muestra de piel para su análisis en un laboratorio. La biopsia es la única forma segura de saber si una lesión es cancerosa.
Pruebas adicionales: Si se confirma el diagnóstico de cáncer de piel, el médico puede ordenar pruebas adicionales para determinar la etapa del cáncer y si se ha extendido a otras partes del cuerpo. Estas pruebas pueden incluir radiografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas.

¿Qué pasa después del diagnóstico?

El tratamiento del cáncer de piel dependerá del tipo de cáncer, la etapa y la salud general del paciente. Las opciones de tratamiento pueden incluir cirugía, radiación, quimioterapia o terapia dirigida.